jueves, 5 de enero de 2017

Ya a más de un mes de ser minimalista, y en Navidad:

He dejado atrás más de 100 cosas, y no es fácil desprenderse, pero la contra parte del sentimiento liberador hace que siga viviendo bajo este estilo de vida. Hoy por hoy veo mi casa mucho más grande, sin embargo vivo en la misma a cantidad de metros cuadrados. El educar con el ejemplo es otra tarea con mi hija, en realidad mi hija ya era una acumuladorita cuando comencé a vivir de esta forma fue ella quien sufrió o sintió el impacto más grande, pero bueno poco a poco se va educando con el ejemplo. Ella no comprendía como era posible deshacerse de algo. Este mes se cumple en plena navidad la época de más consumismo del año, viviendo en un país tropical y latino, ya veo como absurdo comprar un arbolito plástico, con renos de felpa y papas Noel con nieve artificial, una imagen muy alejada del verdadero significado dela navidad.
Esta navidad de verdad tiene muchas cosas diferentes, entre esas el no comprar una prenda de ropa personal, meta que tengo por un año, sin embargo compre unas cuantos arboles más de (30) para mi jardín casa que tenía pendiente y que me llena de goce, estamos claros que el minimalismo no es cambiar unas cosas por otras pero haber hecho eso me ha dado mucha satisfacción. La tarea pendiente para el primer mes del año, es liberarme de tanta información, de este bombardeo al cual estamos hoy expuestos y que nos arropa bajo una avalancha de datos que pareciera que no tuviera fin- Aprender del minimalismo fue la mejor experiencia de vida, en medio de la crisis que vive Venezuela, donde a pesar de todas las dificultades y precariedades que se pueden atravesar cada día, he aprendido que es más importante el ser que el tener, que es más importante acumular experiencias que cosas, que es más importante dar que recibir.

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